La exploración física merece una metodología de inspección y palpación para no olvidar zonas o detalles que hagan difíciles las comparaciones evolutivas y las homologaciones de programas. La palpación de los distintos sectores de la piel nos informa acerca de la textura (piel áspera, gruesa, untuosa, fina, plegable), de la turgencia del tejido, de su tono (flaccidez) y, como consecuencia, del grado de hidratación tisular
El examen de la zona facial es fundamental para la determinación del biotipo y del fototipo cutáneo pues la piel seborréica es más intensa en la región centrofacial, la piel seca, aunque puede ser grasa en la zona central, suele tener escamas centrofaciales y las pigmentaciones propias del melasma en frente, temporales y centrofacial.
La piel de los párpados merece valoraciones particulares por su textura pudiéndose ver pliegues normales o exagerados, según la edad, edemas y bolsas que informan sobre alteraciones generales o locales y otras lesiones como xantelasmas, fibromas, pigmentaciones que son indicativas de senectud.
Los labios son un buen marcador para determinar el grado de sequedad cutánea porque por ser semimucosa en relación continua con el medio ambiente los cambios se destacan con fisuras y descamaciones en caso de sequedad y queilitis angulares y pliegues en caso de exceso de humedad muy en relación con las condiciones dentarias
La implantación, distribución, cantidad, calidad, coloración del cabello, junto con la determinación de los cosméticos empleados y la exploración del cuero cabelludo en busca de escamas, pitiriasis, etc., son indicadores de máxima importancia, no solo para la determinación del biotipo sino para el grado de afectación cosmética en general.
Los pabellones auriculares, tanto en su cara posterior como en la anterior, especialmente en el conducto auditivo externo, la fosa triangular y la concha, son localizaciones muy apropiadas para la concentración sebácea y para los eccemas, tanto seborréicos como de contacto. La perforación del lóbulo de la oreja en las mujeres sirve para valorar su tolerancia a los pendientes y por ende su posible reacción a cosméticos.
El cuello es un buen indicador del grado de degeneración cutánea por el numero, extensión e intensidad de los grandes pliegues, las pigmentaciones, la laxitud y la poiquilodermia.