Cuando debemos elegir el tipo de alimento más adecuado para el desarrollo más satistactorio del recién nacido, no hay duda de que la lactancia materna es la mejor. Sin embargo, esta opción no siempre es posible debido a alteraciones funcionales del bebé o de la madre, tratamientos farmacológicos administrados a la mujer en fase de lactancia y que pasen a la leche materna, motivos anímicos,
sociológicos, laborales, etc. En estos casos, la lactancia materna puede sustituirse total o parcialmente por la administración de leches infantiles adaptadas que garanticen las necesidades nutricionales del lactante sin alterar o forzar el todavía inmaduro funcionamiento del organismo del bebé.