La homeopatía es un sistema de curación científico y efectivo que asiste la tendencia natural del cuerpo a curarse por sí mismo.
Es una medicina REACTIVA:
Estimula la capacidad de reacción del individuo frente a la enfermedad, restableciendo el equilibrio biológico perturbado
Está basada en una concepción integrada del Ser Humano en cuanto a su psique y su cuerpo, en la que el hombre deja de considerarse como una máquina perfecta, como un conjunto de piezas de cuyo buen funcionamiento depende la salud del individuo.
Esta noción de unidad del ser humano en lo físico y en lo psíquico, en el estado de salud y en la enfermedad, es lo más difícil de hacer comprender a las personas que inician un tratamiento homeopático: la homeopatía no es una terapia cualquiera entre otras denominadas alternativas o no convencionales, sino que parte de la base de que el ser vivo es algo más que un conjunto de partes constituyentes. Existe algo que lo diferencia de los seres inanimados, una FUERZA o ENERGÍA VITAL que coordina todos sus órganos para que funcione armoniosamente. Por tanto, en homeopatía, no se trata de curar al órgano o elemento que no funciona bien, sino de EQUILIBRAR al ser vivo en su totalidad, de equilibrar esa FUERZA VITAL que se encuentra alterada. Este desequilibrio se manifiesta en los SÍNTOMAS, que constituyen la manifestación de la enfermedad y que cada persona expresa según sus propias características genéticas, bioquímicas, culturales, etc. La homeopatía valora positivamente los síntomas como expresión visible de esa pérdida de ORDEN Y ARMONÍA interna. No trata de combatirlos sino de averiguar por medio de ellos qué le pasa al paciente.
Se trata de una terapéutica en la que se administra al enfermo una dosis muy pequeña (infinitesimal) de una sustancia que, administrada en dosis mayores (ponderales) a sujetos sanos, provoca en ellos síntomas parecidos, similares a los del enfermo. Es esta SIMILITUD existente entre los síntomas del enfermo y los que provoca una sustancia X cuando se experimenta en personas sanas lo que capacita al remedio homeopático para ser curativo.
A veces se identifica a la homeopatía con la fitoterapia (terapéutica mediante plantas), pero aunque sí es cierto que muchos medicamentos homeopáticos se obtienen del reino vegetal, no está restringida a ellos, sino que también emplea elementos de origen mineral y animal. Estas sustancias de partida han de ser preparadas de forma compleja, siendo precisamente esta elaboración especial, según el método homeopático, fundamental para conseguir el resultado deseado.
Así, después de obtenerse las “tinturas madres” a partir de los materiales de partida, se someten a una serie de diluciones y dinamizaciones (agitaciones) sucesivas, de manera que el producto final está muchas veces desprovisto de moléculas, y actúa terapéuticamente no por la presencia de moléculas residuales sino por la información “específica” que contiene. La “huella” de la sustancia de partida queda registrada en el agua gracias a los cambios físico-químicos que se producen en ésta durante el proceso de dilución- dinamización: bajo ciertas circunstancias, el agua es capaz de recibir y almacenar información acerca de las sustancias que han tenido contacto con ella, y es capaz de transmitir esta información a biosistemas presensibilizados.
La estructura del agua puede ser facilmente afectada por la presión generada en la dinamización, la formación de nanoburbujas coloidales , por campos eléctricos y magnéticos y por efectos “epitaxiales” (transmisión de información estructural desde la superficie de un material, usualmente un sólido) a otro (usualmente un líquido), concepto que pertenece a la ciencia de materiales.
Por tanto, la distribución de las moléculas del agua puede ser fácilmente cambiada; variables como campos magnéticos y eléctricos pueden causar cambios sustanciales en la distribución de las nanoregiones y, por tanto, de la estructura y las propiedades del agua.
La evidencia de la acción de las altas diluciones obtenida en animales , en sistemas de órganos aislados o en células in vitro ha ido acumulándose en la última década, pero la farmacología molecular no es capaz de dar una explicación de cómo funcionan estas altas diluciones homeopáticas.
Investigadores de todo el mundo procedentes de diversas disciplinas están demostrando la validez científica de la homeopatía para conseguir su reconocimiento público y político.
Aunque se han constatado sus evidentes efectos farmacológicos, biológicos y terapéuticos, todavía no se ha averiguado con exactitud su mecanismo de acción.
Es posible que las investigaciones en el campo de la Física Cuántica, la Nanotecnología y la Psico-neuro-endocrino-inmunología aporten evidencias científicas que permitan en un futuro no muy lejano comprender su sutil mecanismo de actuación.